Mi preocupación se parece a la suya, sin embargo, opino diferente, por ejemplo: usted elije ser nombrado por "anonimo", ¿qué hace de ese título algo ajeno a otro nombrar más? No es sino otra manera de decir yo, decir nadie, si de todos modos "nadie" señala a alguien. De ahí que me elijo anonimo pero asumiendo la ficción propia de ser anonimo: soy perfectamente otro asumiendo ser ese otro, o mejor, en expresión popular levinasiana: yo soy otro. Me dieron ganas de opinarle, acaso reflexiones al respecto. Me preocupa también -como creo que a ud le preocupa- la necesidad de estos tiempos de exposición permanente y superflua, la necesidad artificial de ver un "yo" espejado que alivie narcicismos, y sin embargo, al igual que ud, tengo la vieja necesidad de expresar, comunicar... dar. Espero no se quede en una divertida aunque mera bufonada hacia la afición de alimentar egos en nuestros tiempos y llegue hasta lo más auténtico del hecho de ser anónimo. Aún falta mucho (no hablo sólo de ud, hablo en general)para explotar el anonimato, y personalmente elijo partir del criterio que le señalaba: anónimo no es titularse nadie, anónimo es no señalarse real, no señalar un rostro que a nadie le importará: los bestseller que alimentan grandes películas comerciales de ocasión llegan a miles y pocos de ellos reconocen el nombre del autor. Algunos escriben un blog pretendiendo ser Cortázar armando Rayuela. Pero la ingenuidad narcisista no depende de edades, hace falta insistirse a uno mismo que no tiene sentido hablar de uno, de "yo". Ir contra la debilidad propia de uno mismo, particularmente hasta ahora continúo esperando mi pecado contra esta propia condición, ya mismo me deseo suerte. Y a usted. Un saludo.
Personas tan cobardes como usted, claramente son objetos de estudios psicológicos, decir las cosas y no dar la cara muestra lo cuán débil y llenos de temores es una persona como usted, sin embargo buen amigo, el deseo suerte en la vida.
3 comentarios:
ahí lo he visto ron-dando de nuevo. pasé a ver qué. me rio aún por lo del espejo.
Mi preocupación se parece a la suya, sin embargo, opino diferente, por ejemplo: usted elije ser nombrado por "anonimo", ¿qué hace de ese título algo ajeno a otro nombrar más? No es sino otra manera de decir yo, decir nadie, si de todos modos "nadie" señala a alguien. De ahí que me elijo anonimo pero asumiendo la ficción propia de ser anonimo: soy perfectamente otro asumiendo ser ese otro, o mejor, en expresión popular levinasiana: yo soy otro.
Me dieron ganas de opinarle, acaso reflexiones al respecto. Me preocupa también -como creo que a ud le preocupa- la necesidad de estos tiempos de exposición permanente y superflua, la necesidad artificial de ver un "yo" espejado que alivie narcicismos, y sin embargo, al igual que ud, tengo la vieja necesidad de expresar, comunicar... dar. Espero no se quede en una divertida aunque mera bufonada hacia la afición de alimentar egos en nuestros tiempos y llegue hasta lo más auténtico del hecho de ser anónimo. Aún falta mucho (no hablo sólo de ud, hablo en general)para explotar el anonimato, y personalmente elijo partir del criterio que le señalaba: anónimo no es titularse nadie, anónimo es no señalarse real, no señalar un rostro que a nadie le importará: los bestseller que alimentan grandes películas comerciales de ocasión llegan a miles y pocos de ellos reconocen el nombre del autor. Algunos escriben un blog pretendiendo ser Cortázar armando Rayuela. Pero la ingenuidad narcisista no depende de edades, hace falta insistirse a uno mismo que no tiene sentido hablar de uno, de "yo". Ir contra la debilidad propia de uno mismo, particularmente hasta ahora continúo esperando mi pecado contra esta propia condición, ya mismo me deseo suerte. Y a usted.
Un saludo.
Personas tan cobardes como usted, claramente son objetos de estudios psicológicos, decir las cosas y no dar la cara muestra lo cuán débil y llenos de temores es una persona como usted, sin embargo buen amigo, el deseo suerte en la vida.
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